Título:
El vicario que hablaba al revés
Autor:
Roald Dahl
Editorial:
SM
Tuvo una gran vida activa el famoso Roal Dahl: de
orígenes noruegos, la mayor parte de la infancia la pasó en internados,
posteriormente se alistó en la fuerza aérea inglesa, trabajó para la empresa
Shell por Tanzania, estuvo involucrado en el servicio de información británico
encargado de convencer a los millonarios estadounidenses de apoyar a los
Aliados durante la Segunda Guerra Mundial y se casó con la actriz estadounidense
Patricial Neal. No obstante se ha destacado como un gran escritor de libros
infantiles muchos de los cuales han estado en la gran pantalla, ¿quién no recuerda
a la ingeniosa Matilda? O ¿quién no ha deseado visitar la fábrica de Chocolates
de Willy Wonka?
Muchos de sus cuentos tienen como antagonistas a adultos
malvados que quieren hacerles daño a los protagonistas, en su mayoría niños. No
obstante, ellos de ellos salen victoriosos con su ingenio o con ayuda de un
adulto bueno. Pero no siempre las obras de Dahl son de estilo, el escritor a
veces jugaba con las palabras y para ello presentaremos “El vicario que hablaba
al revés”, un pequeño relato de un pobre joven que se vuelve reverendo en una
pequeña villa, pero de los nervios por su nuevo trabajo dice algunas palabras
al revés.
Un gracioso relato que habla del problema de la dislexia
del protagonista, pero no solo es una historia entretenida sino que además
acerca al joven lector de un modo lleno de gracia al trastorno de aprendizaje
de la dislexia que sin el apoyo adecuado puede resultar un grave problema para
los niños y afectar a su vida adulta. Tiene letras de gran tamaño para la
comodidad de su lectura y como siempre de la mano ilustrado por su entrañable
amigo Quentin Blake. Se dice que Dahl
escribió esta pequeña historia, y que también cedió los derechos universales de
esta obra a favor del Instituto londinense para la dislexia. Puesto que era un
hombre comprometido con las causas benéficas.
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