La calle es libre
Autores: Kurusa (texto); Monika Doppert (ilustraciones)
Editorial: Ediciones Ekaré
Recuerdo la primera vez que leí este texto, si no tubiéramos en cuenta el lugar que referencia la historia, yo creería que esto pudo haberse desarrollado en algún cerro de invasión de la ciudad en la década de los 70 u 80. Y es que este relato es un reflejo de la realidad latinoamericana: El crecimiento desmedido de las ciudades, el desarrollo industrial de éstas y cómo la falta de apoyo al campo posibilitó que la gente del campo se trasladara a la ciudad en búsqueda de oportunidades.
El cuento habla de un problema social y cómo se desarrolló: Los niños de una comuna no cuentan con un parque o un espacio libre para jugar. La calle es peligrosa por el tráfico y jugar entre las casas es incómodo además de que crean conflictos con los vecinos porque sus juguetes caían en el tejado de las casas. Viendo lo difícil de tener un buen lugar para jugar, buscan el apoyo de parte del gobierno. Como los adultos se encuentran ocupados, deciden ir al consejo ellos solos a reclamar, no obstante esto genera conflictos porque los peticionarios tratan de ingresar al establecimiento y un vigilante los rechaza de inmediato.
Libro recomendado para que los niños conozcan los conflictos sociales que se pueden ver en nuestro contexto y que no son ajenos a nuestro entorno por elementos básicos y necesarios para una bienestar. No obstante, el texto muestra que no es esperar que siempre se espera por ayuda, sino que nosotros mismos podemos arreglar el conflicto.
Kurusa es una antropóloga y editoria venezolana (Caracas, 1942), ha pasado mucha de su vida entre Estados Unidos, Costa Rica y Venezuela debido a que viaja constantemente por su trabajo. Estudió antropología en la Universidad McGill en Montreal (Canadá) y posteriormente desarrolló su trabajo en el área de bibliotecas y libros infantiles.
Monika Doppert es una escritora e ilustradora alemana (Uffenheim, 1940) estudió en las escuelas de artes plásticas de Núrenberg, Stuttgart y Munich. Entre finales de 60 y principios del 70 dio clases de diseño e ilustración en el Instituto de diseño de la fundación Neuman. Vivió más de 15 años en Venezuela por lo que desarrolló mucha de su carrera en ese país además de que se desempeñó como primera directora de arte en Ediciones Ekaré.
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